miércoles, octubre 05, 2005


EN GENERAL

La red ha creado necesidades, pero también nuevos problemas. Desde un barrio popular mexicano (o brasileño, o centroamericano), un cibernauta puede acceder a información personal confidencial de otro, a miles de kilómetros, y ocuparla para fines ilícitos. O puede enviar a un “conocido” (aunque en estos mundos cibernéticos pocos se conocen físicamente) dicha información, a cambio de software hackeado, archivos de audio y video robados y listos para ser quemados y distribuidos en mercados ilegales o mucha otra información. Como la espada de Damocles, esta tecnología tiene dos caras filosas, y no puede desligarse lo benéfico de lo perjudicial.

NUEVOS DESAFIOS


¿Renovar o no el software? El negocio del software descansa en la renovación frecuente de las apliaciones, lo cual se efectúa generalmente mediante la inclusión de nuevas funciones. Pero aquí se producen un efectos perversos. Por una parte resulta cada más difícil para el fabricante incluir opciones que sean un real aporte para los usuarios. Por la otra parte, la mayoría de la usuarios están más que satisfechos con la versión que utilizan (la cual, en muchísimos casos no es la última). Como lo ha mostrado una investigación realizada en los Estados Unidos en la década de 1990, los usuarios raras veces utilizan más del 60% de los recursos incluídos en sus aplicaciones. Consecuentemente, no les interesan las nuevas versiones y no las adquieren, salvo que un cambio de sistema operativo lo haga necesario. Este fenómeno es incluso, al parecer, una de las razones por las que algunos de los sistemas operativos más difundidos siguen sacando nuevas versiones. Un sistema operativo más "poderoso" (o, al menos, más extenso) requiere un computador más potente, produciéndose un círculo -vicioso para el usuario- de cambio de computador y cambio de software, para adaptar el uno al otro. Cambio evidentemente útil para la industria. Pero caba la pregunta: ¿hasta cuando podrá explotarse este tipo de círculo? ¿La actual crisis de la industria informática no sería un indicio de la saturación del mercado, no sólo en cantidad de colocaciones de nuevos equipos sino también de renovación? ¿No se generalizará la tendencia a exigir que "no nos compliquen más las tareas"?

Los cambios de los estándares y el problema de los archivos: En estos días se está discutiendo careca de la adopción de un nuevo formato de DVD (entre HD-DVD y Blu-Ray). Los nuevos DVDs tendrían una capacidad al menos 4 veces mayor que los actuales pero utilizarían un nuevo estándar de grabación y lectura, lo cual los haría incompatibles con los DVDs hoy existentes (que, por lo demás, también existen en varios formatos, si bien la industria del cine ha elegido uno solo). Éste es un mero ejemplo del problema que planteao la conservación de datos a largo plazo. Hemos pasado de los diskettes de 5,25" a los 3,25" y de éstos a los CDs. En algunos casos ya se respaldan datos en DVDs (DVD-RW u otro formato) y un nuevo formato está ya por definir. El problema de la conservación de archivos digitales se hace con ello cada vez más complejo. La evolución de los sistemas operativos, hasta ahora, no ha jugado un papel demasiado significativo aunque hemos pasado por la pérdida de datos en el paso de los Apple II a los Macintosh por falta de un medio común de respaldo.

Si bien este problema puede ser menor en las empresas, que conservan sus datos por un tiempo inferior al que transcurre entre la adopción y el fin de un formato dado, el problema es mucho más significativo para las bibliotecas digitales y las instituciones abocadas a la conservación del patrimonio científico y cultural. Los cambios de estándares obligan a traspasar todo de un formato a otro. Pero los costos van en aumento a medida que crece el patrimonio y se podría, cada vez más, tender a hacer una selección -por economía de tiempo y de materiales- que involucra la pérdida de informaciones que podrían ser muy valiosas. Muchos descubrimientos no encuentran aplicación inmediata sino veinte o cincuenta años más tarde. Si se descartan por no haber tenido aplicación, la investigación y el desarrollo futuro podrían verse seriamente comprometidos.